Cualquier persona o grupo que represente un riesgo para la seguridad.

es cualquier entidad o individuo que intencionalmente realiza acciones que pueden comprometer la seguridad de sistemas informáticos, redes, datos o activos digitales de una organización o individuo. Estos actores pueden tener una amplia variedad de motivaciones y niveles de sofisticación, y pueden incluir:

  1. Hackers: Individuos o grupos que buscan obtener acceso no autorizado a sistemas informáticos con el fin de robar información, causar daño o interrumpir operaciones.
  2. Crackers: Similar a los hackers, pero con intenciones maliciosas, como el robo de datos personales o financieros, la destrucción de sistemas o el sabotaje de operaciones.
  3. Ciberdelincuentes: Delincuentes cibernéticos que utilizan técnicas como el phishing, el malware, el ransomware y otras formas de ataques para obtener beneficios financieros ilegítimos.
  4. Espías cibernéticos: Actores patrocinados por estados, grupos de inteligencia o agencias gubernamentales que buscan obtener información confidencial o secreta de otras organizaciones o gobiernos.
  5. Hacktivistas: Individuos o grupos que utilizan técnicas de hacking con motivaciones políticas o sociales para promover su agenda o causar disrupción.
  6. Empleados deshonestos: Individuos dentro de una organización que abusan de su acceso privilegiado para robar información, cometer fraude o sabotear operaciones.
  7. Competidores: Competidores comerciales que intentan obtener una ventaja injusta accediendo a información confidencial o sabotear la operación de sus competidores.
  8. Insiders malintencionados: Individuos dentro de una organización que realizan acciones maliciosas, ya sea por motivos personales o como parte de un esquema de espionaje industrial.

La comprensión de los diferentes actores de amenazas y sus motivaciones es fundamental para desarrollar estrategias efectivas de ciberseguridad y proteger los activos digitales contra posibles ataques. Esto implica la implementación de controles de seguridad adecuados, la capacitación del personal en buenas prácticas de seguridad, la vigilancia constante de la infraestructura de TI y la respuesta rápida y eficaz a incidentes de seguridad cuando ocurran.